Yoo-jeong le pide a Lee-tae que la acepte como sirvienta en lugar de enemiga, pero Lee-tae, que no puede aceptar fácilmente los deseos de Yoo-jeong, le pide a Park Gye-won por todos sus pecados. Park Gye-won, quien está encarcelado sin dudarlo con Yoo-jeong, y la reina madre que escuchó la noticia acusan a Lee Tae una vez más de piedad filial. Lee Tae y Yoo Jeong chocan para protegerse mutuamente. ¿Qué pasará con el futuro de los dos, que se han convertido en amigos y enemigos…