Después de no poder lograr que Azusa hable con él, Yōto confronta a sus antiguos compañeros de clase sobre lo que sucedió. Aparentemente, se habían burlado de ella en su antigua escuela debido a que faltaba mucho, diciéndole que su clase se iba de excursión a algún lugar cuando en realidad iban a otro lugar, lo que la llevó a desconfiar de los demás. Después de escuchar esto, Yōto lleva a Azusa al gato de piedra, le cuenta sobre la fachada que adquirió y declara su sincero deseo de convertirse en su verdadero amigo. Después de llegar a comprender sus sentimientos, Azusa desea al gato de piedra y le devuelve su fachada a Yōto. Mientras tanto, Tsukiko recuerda un momento en que Yōto una vez le dio un consejo sobre cómo llevarse bien con los niños. Después de mostrarle a Yōto una presentación de la historia basada en este encuentro, que no le suena familiar,
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