Después de que Bobby ingiere demasiada azúcar una mañana, le diagnostican erróneamente un trastorno por déficit de atención. Sintiéndose culpable por no pasar suficiente tiempo con su hijo, Peggy decide dejar de enseñar y ser ama de casa, una decisión que Hank aprueba plenamente. Pero Peggy está tan aburrida en casa que empieza a tomar lecciones de guitarra y compone una canción simbólica sobre una tortuga atrapada en su caparazón. Mientras tanto, Bobby toma pastillas para su TDA y Luanne se convence de que Bobby le contagió el TDA.
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