Debido a la maldición de Uroko-sama, Manaka termina con una cara de pez en la rodilla. Desaparece al día siguiente, pero se arrepiente porque Tsumugu había dicho que era bonito. Mientras tanto, a Hikari le molesta que Manaka y Tsumugu estén hablando y le dice que no se preocupe por la gente de Umimura.
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