Milo y Bisco se dirigen hacia Touhoku en busca del hongo legendario, Rust-Eater. Después de reunirse con su amigo, el cangrejo gigante Actagawa, Milo lucha con su entrenamiento para montar el cangrejo, pero termina comunicándose con él gracias a su amabilidad. Esa noche, los dos intentan descansar en el Monumento a los Caídos de Nikkou solo para reunirse con una niña medusa que conocieron en Imihama.
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