El contenido del casillero de almacenamiento es revelado por Beth a Annie y Ruby, quienes contemplan qué hacer con él. Rio le dice a Beth que le ha dado «las llaves del reino» ya que planea «seguir adelante» con el lavado de dinero, pero admite que ve potencial en ella para «ser algo». Annie se toma a sí misma como la cuidadora personal de Marion para ayudar a aliviar su culpa, pero aprende algunos detalles sorprendentes. Su aventura con Gregg también llega a un punto crítico. Ruby y Stan lidian con las repercusiones de su préstamo. Beth se encuentra en otro agujero financiero debido a Dean y su atracción por Río alcanza un nuevo nivel. La agente Turner visita a Mary Pat, donde uno de sus hijos hace un comentario inocente pero incriminatorio. Rio hace una aparición repentina en el concesionario Boland, declarando su intención de convertirlo en el nuevo lugar para su negocio de lavado de dinero. Dean y Beth se ven obligados a aceptar de mala gana cuando comienza a destruir violentamente los Corvettes del concesionario.
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