Aria sigue a Kinji a la sala de juegos, donde él logra ganarle algunos muñecos de peluche. Al día siguiente, Kinji y Aria se enteran de que un autobús escolar ha sido secuestrado por el legendario asesino Butei y equipado con una bomba que explotará si reduce la velocidad con un convertible armado que impide que los pasajeros interfieran. Mientras el conductor del autobús resulta herido cuando un intento de detener el convertible es frustrado por la detección de calor, Aria y Kinji llegan a la escena y sacan el convertible. Mientras el autobús se queda sin gasolina, Aria encuentra la bomba en la parte inferior del autobús mientras Kinji encuentra y destruye el sensor de comunicaciones. La bomba es desarmada por el francotirador Reki, pero Aria resulta herida por otro vehículo armado mientras intenta proteger a Kinji. Mientras la tratan en el hospital, se siente decepcionada porque Kinji no cumplió con sus expectativas.