Un año pasó desde el último episodio de la primera temporada. Bruna continúa viviendo en el departamento donde atiende a sus clientes. Solitaria y llena de deudas, ve una posibilidad de arreglar sus problemas siendo parte de los selectos miembros de Paradise Club, discoteca frecuentada por las más caras y atractivas prostitutas de la ciudad. Bruna nota que, además de las óptimas recompensas, este nuevo mundo trae también grandes riesgos y retos. Mientras, Georgette, ex compañera de Bruna, también enfrenta una crisis emocional y familiar como consecuencia de su pasado como prostituta.