King todavía duda en confesar sus sentimientos por Diane. Mientras tanto, Diane deja el sombrero de jabalí y se dirige a un sitio de construcción en la ciudad, recordando el devastador daño colateral que causó debido a su inmenso tamaño. Los trabajadores de la construcción se disculpan con ella y le agradecen por salvar el reino. Cuando King viene a ver a Diane, los dos deciden jugar un juego de etiqueta en la ciudad. Fuera de una iglesia, una ceremonia de boda es interrumpida por un demonio, en el que Diane y King combinan sus habilidades para derrotar al demonio. King le pregunta a Diane si recuperó sus recuerdos, y ella le responde con un beso en la mejilla. El momento se arruina cuando un ladrillo repentinamente cae sobre su cabeza, y luego se despierta a su lado, habiendo olvidado lo que hicieron durante el día.