Una flor que experimentó la muerte en el pasado y que Hao le devolvió la vida. La condición era que la flor poseyera el poder de un demonio, y ese poder se activaría cuando la flor estuviera al borde de la muerte, para que nunca volviera a morir. Hana se entera de este hecho y se deprime. Se da cuenta de que no puede hacer nada sin Amidamaru y se vuelve muy consciente de su propia impotencia.