Kyoko habla con el presidente, quien le pregunta si cree que puede amar a los demás. Ella dice que no, pero insiste en que, aunque ahora no puede sentir amor, quiere poder recuperar ese importante «rasgo humano» que perdió. Él acepta dejarla entrar y le da sellos y un cuaderno, diciendo que si hace un buen trabajo obtendrá puntos, lo que la acercará a su debut. Kyoko deja al presidente preguntándose por qué perdió la capacidad de amar y encuentra un mono rosa con el logotipo ‘Love-Me’ en la parte delantera y trasera, que era su nuevo atuendo de trabajo.