Nigel retrocede 10.000 años, hasta el final de la Gran Edad del Hielo, cuando Gran Bretaña todavía estaba unida a Europa. A medida que la Tierra se calentó, obligó a los últimos mamuts restantes a regresar a lugares más fríos y remotos como Siberia. Con un peso de entre cuatro y seis toneladas, estos herbívoros necesitaban mucha hierba y arbustos para sustentar su enorme masa y, con el calentamiento de la Tierra, los bosques abrumaban las praderas, negándoles alimentos vitales y amenazando su supervivencia. Pero, como descubre Nigel, no era sólo el clima lo que amenazaba a estas criaturas que alguna vez fueron de gran éxito.