Después de dos meses de haber sido enmarcados y arrestados por los robos a bancos, Jake y Rosa se preparan para ir a juicio. Terry y un Charles muy estresado contratan a un hacker para rastrear la fuente de las cuentas bancarias de las Islas Caimán que de alguna manera se crearon a nombre de Jake y Rosa. Mientras están en libertad bajo fianza, Jake y Amy se dirigen a Pensilvania para encontrar a un antiguo colega de Hawkins, que al principio se niega a declarar como testigo por temor a represalias. Más tarde lo hace, pero se revela que el hombre todavía está trabajando con Hawkins y, en primer lugar, es la persona que transfirió el dinero del robo. Al final, Jake y Rosa son declarados culpables por los jurados.
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