Kirino y Sayako continúan sus intentos de persuadir a Azuma para que se una al club de kendo. Sus intentos terminan solo en lágrimas. Mientras corren por la escuela y sus alrededores, Miyako escucha su lamento móvil y entra en acción. Ella ofrece una excusa de que tiene deberes de limpieza, y luego, dulcemente, descarga dichos deberes en sus compañeros de clase. Alternando entre un buen amigo, un vendedor y una serpiente acorralando a una rana, intenta ganarse a Azuma. Las tácticas de Miyako finalmente convencen a Azuma (y luego a sus padres) de unirse al club de kendo con la expectativa/condición de que mejorará sus calificaciones. Con el equipo listo (y los chicos ignorados) se anuncia un campo de entrenamiento. Debido a la falta de fondos, esta formación intensiva se llevará a cabo en los terrenos de la escuela. El padre de Tamaki está perturbado especialmente cuando Tamaki confirma que Yūji Nakata estará allí.
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